Somos lenguaje

Resumen: ¿Te imaginas un aprendizaje entretenido e inspirador? Este blog muestra cómo el lenguaje va más allá de las reglas, convirtiéndose en una experiencia de autodescubrimiento. Al romper estructuras y perder el miedo a equivocarse, aprender se vuelve vivencial y auténtico

Uno de los desafíos que más ha asediado mi vida es adaptarme a la estructura, a las rutinas, a un método de aprendizaje rígido. Muchas veces me hallé divagando mentalmente entre clases sin poder concentrarme en tan siquiera una sola palabra de mi profesor. Desde que tengo memoria sé que fue innata mi fascinación por el sosiego que me permitía imaginar una manera distinta de aprender, sin necesidad de sentirme cohibida, encerrada en cuatro paredes. Me preguntaba a diario, ¿por qué no puede ser divertido instruirse? Para mí aprender nunca ha sido únicamente tarea del intelecto, sino del alma.

Por este motivo, desde niña me llamó la atención el lenguaje. Algo tan complejo y variable como nuestros propios estados anímicos. De algún modo u otro, me extasiaba la capacidad de las palabras para tocar la emotividad humana, desde las más dulces y tiernas hasta aquellas que podían lastimar profundamente, como si te hubiesen atacado físicamente. La sonoridad, la intención, la musicalidad de cada frase, de lo que se dice y de cómo se dice; lo que queremos transmitir, lo que callamos y lo que se malinterpreta. Decidí que quería conocer más.

Quise explorar otros idiomas y noté cómo parte de la cultura de cada uno de ellos se quedaba en mí. Aprender no era simplemente memorizar, sino vivenciar cada una de las palabras que aprendía y ponía en práctica. A pesar de ser nativos de un idioma, todos cometemos errores, ya sea de manera escrita u oral, y por este motivo, perdí el miedo a equivocarme. El errar es simplemente parte del proceso de aprendizaje. Dejé a un lado la frustración y empecé a disfrutar con cada intento, fallo y acierto, cada vez con más anhelo de aprender otra expresión que aún no dominaba. Encontré aquello que deseaba a través de los idiomas: una fuente inagotable de conocimiento y comunicación, un mundo inmenso, flexible y diverso. Noté, con cada lengua, que cada persona tiene un modo distinto de expresarse, de articular sus ideas, de transmitir sus emociones. El lenguaje en sí mismo se fusiona con lo que somos, y al final del día, nosotros mismos somos un idioma único.

Así que, ¿por qué no atrevernos a explorar nuevas maneras de conocernos y conocer el mundo a través de los idiomas? Es, sin duda, una de las formas más entretenidas de indagar en nuestro interior y en cómo nos desenvolvemos en la realidad que habitamos a diario.